Portrait Corinne GrondInfluido por los valores que aprendí en clase de dibujo, nunca me atreví a ser activo como pintor. Fue en el segundo año de mi aprendizaje como diseñadora de decoración cuando descubrí mi gusto por la pintura durante una estancia de vacaciones con un amigo en París. Pude desprenderme de mis inhibiciones y llevar al lienzo mi riqueza interior de colores. Ni siquiera el diagnóstico de esclerosis múltiple, que recibí poco después, puso fin a esto. Mientras tanto, dependo de una silla de ruedas y, debido a la parálisis de mis manos, he tenido que adaptar mi técnica pictórica a las circunstancias, pero esto no me impide pintar.

En otros tiempos mis cuadros, a menudo pintados con las manos desnudas, se creaban a gran velocidad y eran muy expresivos. Sin embargo, ahora utilizo un pincel y tengo que dedicar mucho tiempo a cada punto de color. Pero sigo dando rienda suelta a mi sentimiento por el color y el punto central para mí durante la pintura es la experiencia momentánea. Mis cuadros se crean sin ideas previas ni bocetos, sino que surgen del momento y no representan nada concreto. Esto da libertad a la obra y al espectador para la interpretación individual. Esta forma espontánea de pintar requiere mucha flexibilidad, al igual que la vida me exige mucha flexibilidad debido a mi estado de salud. Pintar me da la oportunidad de aprender a lidiar con lo inesperado. La pintura (acrílica), que suele ser gruesa, añade profundidad a los cuadros. Me gusta trabajar en el lienzo sin darle al cuadro un marco para que pueda expandirse. O bien, pinto sobre papel y elijo el marco de manera que combine con el color y el cuadro no quede constreñido.

La mayoría de las veces sólo reconozco durante el cuadro o al final el proceso interior, que luego se refleja también en el título. Una y otra vez me sorprendo de mi riqueza interior de colores, que tiene un carisma positivo a pesar de las circunstancias a menudo adversas de mi vida. Esta riqueza de color, que se manifiesta en mis fotos, me da mucha fuerza en los buenos y malos momentos. Así que las imágenes surgen de mi centro y por lo tanto vuelven a mi centro.

COMO MI CUERPO NECESITA LA SANGRE, MI ALMA NECESITA LOS COLORES